Manuel Sanz


Nace en Entrena el 4 de abril de 1829 y muere en Madrid el 10 de marzo de 1888.Se queda huérfano de padre a los doce años, siendo acogido por el cirujano de Logroño D. Rosendo Moreno.
Aprende a tocar la bandurria, guitarra, violín y flauta “con gallardía tal que las principales familias de Logroño se disputaban su concurso y le colmaban de aplausos” según Peña y Goñi.
Viaja, con una estudiantina, a Bayona y Lisboa donde conoce al tenor italiano Milesi, quien le aconseja que se dedique al teatro.
Después de regresar a Logroño se traslada a Madrid, donde conoce a Basilio Basili y a Iradier, de quien recibe las primeras lecciones de canto.
A los 17 años decide trasladarse a Italia, pero permanece en Barcelona , donde dando lecciones de guitarra y bandurria se convierte en un especialista en la interpretación de la canción española, dándole una gran popularidad, lo que le permite impartir lecciones de canto y estudiarlo con el entonces director del Teatro Principal, Rachel, con Déviris, célebre bajo francés y con el profesor y compositor tarraconense Pere Abella, esposo de la mezzosoprano Elena D’Angri.
Especializado en música andaluza, empieza a trabajar de cantante en un café, donde le pagan 25 duros al mes. La fama conseguida en ese café hace que se le ofrezca actuar de partiquino en el teatro Principal por un salario de 30 duros mensuales, aceptando el trabajo.
Se traslada a Italia, conociendo en Florencia a Carlos Romaní de quien recibe lecciones de canto. Como guitarrista, actúa en salones de Florencia y conoce a Badía que regentaba el Teatro della Pergola, el cual le propone debutar con Il conte di Leicester, empezando aquí la carrera como tenor.
De regreso a Barcelona, aquejado de un ataque de ictericia, después de reanudar sus clases con Abella, conoce a Maiquez, empresario de Valencia, que le contrata como primer tenor de la compañía de ópera de aquella ciudad, donde debuta con Atila.
En la primavera de 1852 interpretó “Jugar con fuego” de Barbieri, el cual, enterado del éxito se trasladó a Valencia para ofrecerle debutar en Madrid, a lo que Sanz se negó.
En la temporada 1853-54, es contratado como tenor de ópera, con la obligación de cantar zarzuela en el teatro Barcelona, interpretando “El dominó azul”.
Gaztambide se traslada a Barcelona en 1853 y le convence para cantar en Madrid en el teatro Circo para el año teatral 1854.55, estrenando “Los diamantes de la corona” de Barbieri, convirtiéndose en una de las voces más importantes de la historia de la zarzuela, con una presencia continuada con numerosos estrenos.
Según Barbieri “Su voz era dulce y muy expresiva. Su voz era extensa, menos poderosa que la de Font, pero de una gran calidad, con un sonido aterciopelado que era muy admirado entonces; no era un gran declamador, aunque se fue perfeccionando sin llegar en esta cualidad a las otras grandes voces de la zarzuela como Salas, Obregón, Dalmau o Bergés”.


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